Para muchos “escoliosis” es sinónimo de limitación, esto es verdad cuando son condiciones severas y en general se encuentran asociadas a otras patologías. Pero si un adulto va a consultar por un dolor de espalda y le dicen que tiene escoliosis leve, lo más probable es que siguiendo un buen plan de movimiento se alivien los síntomas y en algunos casos se ha visto que se disminuyen significativamente esas curvas atípicas.
Una definición sencilla de escoliosis es: una curvatura lateral atípica de la columna vertebral. Aquí no vamos a hablar mucho de las escoliosis congénitas o asociadas a trastornos neuromusculares; nos vamos a concentrar en las “escoliosis posturales”. Nuestro cuerpo se va adaptando a la “carga” que no es solo la cantidad de peso que podemos levantar o que llevamos a cuestas; también es la cantidad de tiempo que pasamos en una posición donde la columna o cualquier estructura soporta peso. Esas “adaptaciones” llegan a producir cambios en las curvas de la columna, si son laterales son lo que conocemos como escoliosis.

De acuerdo con la zona en donde se presenta la curva puede ser torácica, toracolumbar, lumbar o en “S” (doble curva). Estas últimas, por lo general, son resultados de compensación. Cuando se tiene una curva, por ejemplo, lumbar y no se hace nada para controlarla el cuerpo comienza a buscar una curva en la parte alta para que la cabeza quede “en el centro”. El cuerpo hace lo que sea para que podamos ver hacia el frente. Estas compensaciones pueden ser desde una sutil rotación de la cabeza hasta esas curvas exageradas en la columna. En general los síntomas que llevan a que alguien consulte son dolores de espalda, a veces se produce hormigueo en brazos o piernas o que alguien nota que un hombro está más elevado o que un lado de la cintura parece más alto que el otro.

Puede ser leve (<20º), moderada (25-40º) o grave (>50º). Los casos graves y moderados requieren una atención especial por parte de un equipo interdisciplinario porque pueden llegar a afectar significativamente la respiración y la función de varios órganos. Los casos leves necesitan el empoderamiento de la persona y en algunos casos de la familia para evitar que la curva progrese. Estos casos requieren un entrenamiento especial en cuanto a la percepción del cuerpo, para muchos la sensación va a ser que los dos brazos o las dos piernas se comportan de maneras radicalmente diferentes. Algunos lo describen como “tener dos cuerpos”. Ese control se hace más sencillo con la práctica, para algunos movimientos deben tener la idea que un lado debe alargarse mientras el otro debe halar.

¿Qué puedo hacer?
- No entrar en pánico
Muchas veces recibir un diagnóstico es como recibir una sentencia de muerte. Una escoliosis leve es una oportunidad de reevaluar nuestros hábitos de vida y de hacer algo para mejorar. Cuando se revisa la evidencia existe una gran cantidad de personas con escoliosis leve que son totalmente asintomáticos. Una lectura de una radiografía no determina el estado de salud de nadie, es solo una herramienta para escoger un curso de acción adecuado. Insisto, no quiere decir que tendrán que pasar el resto de la vida con dolor y miedo a moverse. Es una invitación a moverse diferente y respirar mejor. - Respirar
Para muchos esto es una novedad: pero uno puede (y de hecho inconscientemente lo hace) respirar usando un pulmón más que el otro. Buscar ese equilibrio entre el uso de los dos pulmones ayuda a dar espacio y alargar la columna, además es una excelente manera de controlar el dolor. Si existe una curva es probable que al principio el acceso a un pulmón esté muy limitado. Con paciencia y constancia eso puede cambiar. - Dejar de pensar que esa condición define el resto de la vida.
Hay una gran cantidad de deportistas, artistas, escritores, entre otros que tienen escoliosis y nadie se entera. Las formas leves pueden ser manejadas de tal manera que no influyan para nada en la vida de una persona. Lo que no funciona es esperar que, haciendo lo mismo, la curva desaparezca. Se requiere algo de trabajo y mucha constancia, pero la sensación de bienestar es tan grande que el entrenamiento, los ejercicios o el movimiento se convierte en algo placentero. - Buscar movimientos o entrenamientos que ayuden (preferiblemente guiados por un profesional)
Pilates es una técnica ampliamente usada para que quienes tienen escoliosis encuentren alivio y maneras de moverse de manera eficiente y sin dolor. Es importante buscar asesoría sobre todo cuando apenas empieza a presentarse el dolor. Existen gran cantidad de técnicas y los gustos personales juegan un papel determinante en la elección. Si quieres asesoría para saber qué técnica podría ayudarte más o quieres un programa de entrenamiento. ¡Contáctanos! Tenemos planes personalizados que tendrán en cuenta todas tus necesidades.