Si has intentado hacer Crossfit, sabes lo difícil que puede ser una “Rep” o repetición válida. La mayoría de los WOD (workout of the day o entrenamiento del día) constan de una serie de ejercicios de alta exigencia en fuerza, resistencia y potencia. Si quieres que ese trabajo sea más fácil, el entrenamiento de Pilates te ayuda a lograrlo.
Nunca he sido partidaria de ver una técnica de entrenamiento como la única forma de lograr un objetivo, creo que la combinación de varias técnicas brinda mejores herramientas y ayuda a que los objetivos individuales se cumplan a cabalidad.
Los ejercicios de Crossfit, Pilates o cualquier técnica conllevan un riesgo inherente. Sin embargo, su correcta ejecución y una preparación adecuada disminuyen a casi cero, dicho riesgo. Por ejemplo, al pensar en saltos se piensa en potencia… pero en realidad para que un salto esté bien ejecutado y pueda ser repetido varias veces con un riesgo mínimo se requiere, entre otras, de flexibilidad, concentración, fuerza y resistencia.
La flexibilidad ha sido reducida al estiramiento y eso no es cierto. La flexibilidad, por definición, consta en mantener los ROM o rangos de movilidad en una articulación o serie de articulaciones sin comprometer su integridad. En otras palabras, que uno se pueda mover libremente, sin lesionarse. Volviendo al ejemplo del salto al cajón, se necesita una excelente flexibilidad en la articulación de la cadera para poder pasar de una flexión profunda a extensión de manera repetitiva y rápida. Muchas veces la falencia en el salto no está en la potencia o la fuerza, sino en la incapacidad de las articulaciones de llegar a los puntos límites de movimiento para mejorar el impulso y como consecuencia la calidad del salto.
Uno de los beneficios más conocidos de Pilates es el desarrollo de la flexibilidad, sin embargo, lo que muchos desconocen es que es un trabajo dinámico. La flexibilidad en Pilates no se logra por las posiciones mantenidas, se logra por el trabajo articular progresivo y activo. Ejercicios considerados “abdominales” como el Teaser (algunos lo conocen como la V de Pilates), los hundred o el criss cross requieren un trabajo de flexión y extensión de cadera constante. Podría seguir hablando de la flexibilidad y de los ejercicios que ayudan a mejorar el salto, pero lo dejaré para otros artículos.
La concentración se define como centrar la atención intensamente en algo. Evitar ese doloroso golpe en la pierna cuando el salto no es lo suficientemente alto, poder reaccionar en caso que el salto no salga como estaba previsto, poder repetir varias veces el salto sin ceder a la fatiga, son ejemplos de lo que se logra con una adecuada concentración. Pilates exige niveles de concentración altos y constantes porque requiere manejo de respiración, control del movimiento, fluidez en el entrenamiento y capacidad de adaptación para cambios de ritmo.
Asociar el trabajo de Pilates con fuerza no es habitual, sin embargo, la técnica siempre la trabaja. Todos los ejercicios buscan un trabajo completo y balanceado del cuerpo. Esto disminuye el riesgo de lesiones y mejora la capacidad de reacción ante eventos extremos. El salto requiere fuerza en contracción excéntrica (especialidad de Pilates) y una excelente estabilidad del centro o Core.
Ahora bien, en cuanto a la resistencia se sabe que al mejorar los patrones respiratorios y la capacidad pulmonar, será posible mantener un trabajo físico durante largo tiempo. La ventaja del trabajo de Pilates es que no sólo mejora el trabajo continuo sino que también mejora el trabajo de intervalos. El cuerpo se vuelve más eficiente en el manejo de oxígeno, se recupera más rápido y permite reiniciar la actividad en menor tiempo.
Como podemos ver, el trabajo de Pilates y Crossfit pueden ser un complemento excelente para lograr objetivos de salud, de entrenamiento o estéticos.